Uno de los mejores jugadores de fútbol inglés de la historia, quizás el mejor: Wayne Rooney construyó una carrera de ensueño, regalándonos momentos que no hicieron más que adornar una trayectoria que hubiese sido envidiable sin ellos. Hay uno grabado en mi mente: la tijera al ángulo en aquel Derby de Manchester, pura calidad técnica.
Al final, ese siempre ha sido una de las mayores cualidades de Rooney. Una fuerza de la naturaleza, peleón, con habilidad futbolística y con el gol. Llegó a Manchester desde el Everton para ser parte de la historia de los Red Devils. Años después junto a Ferdinand, Giggs, Carrick, Schooles, etc… en aquel Man U que metía miedo lo ganó todo.
Carlos Tévez contó en un documental que cuando llegó a los Diablos Rojos se vio reflejado en Wayne, con el que logró una magnífica amistad. “Yo me identificaba mucho con él por el lugar de donde salió, que era una zona baja de Liverpool. Siempre peleaba la pelota como si fuera la última, jugaba como yo. Lo sentí muy personal, me veía reflejado en él”.
El 10 inglés tuvo problemas con el alcohol durante mucho tiempo, mas no pretendo poner por encima de su trayectoria deportiva cuestiones personales. Por eso, prefiero dejarlo en un mero comentario: Wayne Rooney, el ser humano, tuvo problemas con el alcohol.

Hace pocas horas el “Bad Boy” decidió ponerle el punto final a su trayectoria como jugador profesional para dedicarse por completo a ser entrenador. Se va el máximo goleador de la Selección (53), el segundo con más partidos disputados (120), cuatro veces England Player of the Year (2008, 2009, 2014, 2015), el segundo mejor goleador histórico de la Premier (208) y el ganador de 5 Premiers en 13 años con el United, incluida la Champions del 2008.

Rooney fue uno de esos cracks que tuvieron la mala suerte de coincidir en el tiempo con 2 fenómenos, ya sabemos quiénes son. Lo tenía todo para ganar un Balón de Oro, era potente, jugón, las remataba todas, gran golpeo, con carácter.
La historia del fútbol le deberá siempre un balón dorado, ahora es tiempo de disfrutar lo que viene. Ahora que vemos en los banquillos a aquellos que veíamos en el césped: Lampard, Gerrard, Zidane, Gattuso, Pirlo y muchos otros, me da la sensación de que nos hacemos mayores y es un horror. Esperemos que Wayne esté en la élite de los banquillos como lo estuvo en la de los jugadores. Suerte.
