Su nombre estuvo presente dentro de los preseleccionados del equipo indómito a la Serie Nacional número 60, pero finalmente no hizo el grado, fue el primer aviso de unos de los jugadores más talentosos de su generación, se trata de Carlos Monier Torres.
El joven jardinero santiaguero, con experiencia en el equipo nacional juvenil en el Campeonato Panamericano del deporte celebrado en Panamá, ha dejado evidencia de sus cualidades, esas de las que no puede prescindir el conjunto de su provincia, el poder al bate, su velocidad en las bases, además de la potencia de su brazo, se muestran como argumentos más que suficientes.
«Mi comienzo fue a través de mi padre que mi inculcó el béisbol desde pequeño, ya que mi familia ha tenido varios peloteros, también influyó muchísimo el profesor Daniel que fue quien me captó». Así nos comenta sobre sus inicios Monier, en entrevista concedida a QBA Deportes a través de las redes sociales.
«Mis primeros pasos fueron rápido, llegué a los 7 años y ya a los 8, estaba en competencias provinciales y nacionales, a los 9 fui a una preselección del equipo Cuba y ahí tuve mis primeras experiencias muy buenas».
En la selección nacional, tras varias inclusiones en preselecciones, tuvo participación en el 2018 como bateador y lanzador, donde se le ha marcado rectas de hasta 96 millas.

Sobre su eminente llegada a la Serie Nacional, nos comenta. «Yo he tenido buenos resultados que han despertado el interés de los directivos del equipo Santiago, creo que ya debo tener una oportunidad dentro de las Avispas, me esfuerzo días tras días, para que esa afición y mi familia, me vean demostrar lo mejor de mí en el terreno».
Defensor del jardín izquierdo, Monier tiene claro el nombre de su mayor referente en esa posición y nos ofrece su opinión sobre el béisbol cubano. «Mi ídolo a seguir es Alfredo Despaigne. Dentro del béisbol cubano hay buena calidad, pero se necesita darles más oportunidades a los jóvenes, para que en el futuro esté en mejores condiciones nuestra pelota».
En una constante batalla por crecer cada día, al joven santiaguero no le faltan los sueños y las ambiciones. «Mis planes para un futuro, son llegar a ser parte del equipo de Santiago de Cuba, integrar el equipo nacional y ser contratado en alguna liga extranjera, en lo personal soy muy optimista, quiero imponerme retos difíciles, pero no imposibles, como romperle el récord de jonrones a mi mayor ídolo, Orestes Kindelán y ser campeón olímpico, entre otros».
A la espera de que su nombre se vuelva conocido entre la afición de su provincia, desde ya le deja un mensaje. «Que esperen siempre lo mejor de mí en el terreno, que entregaré todo y que hay Santiago para rato ¡Santiago Campeón, la nueva aplanadora!».